Plaga de pulgas en Pipienea


Vaya este post por los gatos pulgosos y los que conviven o han convivido con ellos.

Locosueño

A ese nombre responde el gato de Luciano y Adela. Cuando Locosueño llegó a Pipienea ya era un gato pulgoso. Nació en Zozabarro, un caserío de un poblado llamado Ezkio-Itsaso, un 7 de julio de 2000, día de San Fermín. Su madre vivía en dicho caserío y el padre sería probablemente uno de esos gatos callejeros sin nombre.

Como no era el hermano mayor, ni el más bonito, se tuvo que conformar con el nombre de Beltza, ya que el de Fermín le fue adjudicado al primero de la camada.

Al poco de nacer tuvo que dejar Zozabarro para irse a vivir a Pipienea con Adela y Luciano. La dueña del gato era tía de Adela y ésta no se sentía con humor para atender a una gata + sus cuatro cachorrillos.

Ya en Pipienea le pusieron el nombre que tiene en este post, Locosueño.

Fisiológicamente Locosueño era un gato común, grande y negro. Era reservado, como todos los gatos, pero toleraba bien las visitas. También era curioso, como todos los gatos, y esta curiosidad a veces lo volvía temerario.

De sus siete vidas ya había perdido por lo menos cuatro: la primera cuando apenas contaba con dos años, por un corte de digestión; estuvo una semana sin cagar ni mear y, cuando Adela y Luciano lo llevaron al veterinario sólo le quedaba un hilillo de vida, que le valió para seguir viviendo. Las otras tres vidas las perdió ‘cayéndose’ de las ventanas de Pipienea (tercer piso).




Las pulgas

Volvamos a las pulgas, ya que ellas son las verdaderas protagonistas de este post.



Como complemento de la fotografía he decidido consultar la palabra pulga en el diccionario, como ya he hecho otras veces. Esta vez, además, consultaré también el multilingüe:

Lenguas preindoeruopeas:
- Euskara: arkakuso

Lenguas indoeuropeas:
- Latín: pulica (de pulex -icis)
- Gallego:
- Catalá: puça
- Español: pulga
- French: puce
- Italiano: pulce
- English: flea
- Deutch: floh

Como veis, quedan bastante huecos que procuparé ir completando y actualizando.

Visitemos ahora el matusalénico DRAE:

Insecto del orden de los dípteros, sin alas, de unos dos milímetros de longitud, color negro rojizo, cabeza pequeña, antenas cortas y patas fuertes, largas y propósito para dar grandes saltos.

Frases hechas:

Tener la pulga detrás de la oreja: algo que inquieta y desazona.
Hacer de una pulga un camello o un elefante: exagerar desmesuradamente.
Tener alguien malas pulgas: resentirse con facilidad o tener mal humor.


Y para terminar, el Seco (Diccionario de Español Actual)

Insecto de pequeño tamaño, sin alas y con patas adaptadas al salto, parásito del hombre y algunos animales.

¿A que está mejor que la del DRAE? Esta definición es mucho más clara y acertada. No hay color. Así que de nuevo nos quedamos con el Seco.


La plaga



Un año separa las dos plagas de pulgas que tuvieron lugar en Pipienea. Ambas comenzaron con los primeros calores de la primavera tardía y se extinguieron a golpe de bombas de insecticida.

Según Luciano Brindavino, la primera fue la más intensa. Quizá sea porque fue su primera experiencia directa con este insecto. Hasta entonces sólo se había percatado de su existencia cuando Locosueño se rascaba con las patas traseras o cuando, en el regazo de Adela, se las dejaba quitar.

Pero como ya he dicho, para Brindavino era una experiencia nueva. Hay que reconocer que hasta entonces las pulgas le habían dado bastante asco, pero la realidad es que acabó conociéndolas bastante bien.

Y es que aquel caluroso mes de mayo de 2002, de un día para otro, Pipienea se llenó de pulgas; las había por todas partes, pero sobre todo en el dormitorio y la sala de armas, al solaz de la cama, las alfombras y el sofá. Luciano se veía las pantorrillas y observaba con inquietud creciente los puntitos negros que desaparecían y volvían aparecer en otro lado.

Los primeros días fueron desasosegantes. Cuando se metían en la cama por la noche, se encontraban con que la sabana estaba petada de pulgas. Cada noche se pasaban más de una hora de exterminio hasta que el sueño los vencía. Así, al cabo de los días, consiguieron perfeccionar la técnica de caza. Así, con tan manido método ensayo-error, fueron conociendo el mundo de las pulgas y, sobre todo, lo que las hace tan especiales: su capacidad de salto. Aprendieron a seguir el rastro del salto de la pulga como el golfista sigue el recorrido de su pelota.

Pero Luciano y Adela pronto se dieron cuenta de la inutilidad de su lucha. Era imposible exterminar un ejército matando al enemigo de uno en uno, como en El señor de los anillos. Así que decidieron acudir a un arma de destrucción masiva:



El día de autos colocaron los Ectokills en el pasillo de Pipienea y después abandonaron la casa por doce horas.

Cuando volvieron al día siguiente, todas las pulgas habían sido exterminadas.

¿Todas? ¡No! Unas irreductibles pulgas habían sobrevivido al insecticidio, escondidas en alguna cueva algodonosa, y lograron salvar a su tribu de la extinción

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Al año siguiente, la plaga se volvió a repetir por las mismas fechas. Pero esta vez el Ectokill produjo los efectos deseados: el anatema.

Desde entonces, ni Pipienea ni sus habitantes tuvieron más contactos con las pulgas saltarinas.


Pulgosos invitados

Krazy Kat, de Georges Herriman

Felix The Cat, de David Gerstein

Fat Freddy's Cat, de Gilbert Shelton

Fritz The Cat, de Robert Crumb

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