Intermitencias chinas 7.1

Don Quijote del río Li

Durante su estancia en Yangshuo, Luciano gustaba de madrugar y tomarse el desayuno en en el Café Lotus, en una de las mesas que se asomaban a la calle Xi Jie, West Street, para los guiris.

Aquella mañana de agosto, mientras esperaba a que le sirvieran el desayuno, se entretuvo observando a los turistas más madrugadores, que caminaban bajo la penetrante mirada de las guías, apostadas cual cuervos en las aceras. Una de ellas, entraba cada minuto en un portal que había enfrente del café, y volvía a aparecer con dos bicicletas, una en cada mano, que iba depositando unos cien metros calle abajo. Y no creo exagerar cuando digo que trasladó más de cincuenta bicicletas en media hora. Si había suerte y el día salía bueno, era fácil que las alquilara todas.

En ésas apareció la camarera con el desayuno. Luciano empezó a dar cuenta de él: beberse el zumo, untar la tostada...

Cuando levantó la mirada sorprendió a un chino cincuentón preparado para sacarle una foto con su réflex. También se sorprendió a sí mismo como objeto de atracción turística. Luciano se imaginó al chino enseñando a su familia y amigos aquella estampa tan típica de un occidental. No le sentó mal; faltaría más, tenía muy presente que él hacia lo mismo.

Aquel día Luicano y Adela tenían previsto darse una vuelta por el río Li. A las diez tomaron un autobús de línea a Xinpiang, un pueblecito a orillas del río Li, entre Yangshuo y Quilin. Desde allí cogerían un barco para hacer una vuelta por el río.

El autobús los dejó en la plaza de una aldea rural, como las que se pueden encontrar en la España profunda, con casas blancas y población envejecida. Lo único 'nuevo' que pudieron ver allí, fue un cartel enorme (3x2m) que había en una fachada de la plaza. En ella aparecía Bill Clinton visitando el pueblo, a todo color. Todo un orgullo, supongo.

A un par de kilómetros del pueblo estaba el embarcadero, donde varios turistas esperaban para embarcar. A Luciano y a Adela les tocó con una familia taiwanesa muy abierta y enrollada. Una de las hijas hablaba muy buen inglés, y les tradujo lo que iba diciendo el marinero, que hacía las veces de guía. No en vano, había muchas cosas que contar de los caprichosos paisajes que asomaban tras cada meandro. Quizá a los chinos no les guste mucho ir al monte, pero no hay duda de que les encanta contemplarlos y, a poder ser, encontrarles algún parecido con otra cosa.

Sirva como ejemplo la siguiente ilustración.



¿Que veis, además de una montaña? La solución, al final de este post.

A mitad de recorrido, el patrón fondeó el barquito en la orilla izquierda. Allí esperaban un montón de mujeres de todas las edades que recogían piedrecitas para luego vendérselas a los turistas. También andaba por allí este curioso personaje, un vendedor de sonrisas.





Lo que tiene debajo es un búfalo. Uno de los tantos que se pueden encontrar en el río.

El barco ya había zarpado cuando tomaron esta última toma para el recuerdo. Mientras don Quijote preguntaba al búfalo y al cigarrillo por el próximo número que iba a representar, las vendedoras de piedras corrían hacia el nuevo barco que acababa de llegar...





Y aquí termina el trayecto en barco por el río Lí. Sólo me queda despejar la incógnita. ¿Qué crees? ¿Lo habrás adivinado?

'La cabeza de un hombre que está tumbado mirando al cielo'

2 comentarii:

Patxi spunea...

Beharbada ni holako ariketak egindakoa naizelako, asmatu det aurpegiarena.

Ez dago gauzetan fijatzea bezelakorik. Blog honek dioen moduan: aprendiendo a mirar

Beno von Archimboldi spunea...

Aio, patxi,

Imaginatzen nuen asmatuko zenuela. Nik ere irimokoa asmatu diat. Suposatzen diat, gurutzea piercing-tzat hartu beharko dugula, ezta?

Ikusten ikastea. Zein zaila den hori.

Umeak gauza guztiei erreparatzen dioen bezala, urteak betetzen dituen heinean, egunerokotasunak normalak egiten ditu begibistan dauden mirari txikiak.

Adibidea: kalean goazela, oso jende gutxiri okurritzen zaio begia izarretara, teilatuetara, balkoietara zuzentzea. Lutxianok esate, hogeita hamar urte bete behar izan zituen bere herriko leku bitxi batzuk ezagutzeko, egunero hoien aurretik pasatzen bazen ere.

Jakinmina ez da berez datorren zerbait, landu egin behar da, inertziak eramatea nahi ez badugu. Horregatik blog honen lema; oroigarri gisa jarri du Lutxianok. Bizitari zentzua emateko txerto gisa.

Beno