Intermitencias chinas 7.2

Una cena inolvidable

El segundo día de su estadía en Yangshuo, Luciano y Adela conocieron a un muchacho muy agradable y simpático. Se llamaba Simon y era un chico del lugar, de unos veinte añitos. De inmediato se les ofreció como guía. Su primer trabajo fue llevarlos a conocer la gastronomía del lugar. Una cena inolvidable en un restaurante con solera cuyo nombre no lograron descifrar, aunque al parecer tenía su chiste.





Cuando Simon trató de explicarles el porqué del nombre y de la foto que aparecían en el letrero, Adela y Luciano pusieron cara de que lo habían entendido todo, y le acompañaron en la carcajada con la que finalizó la explicación. Pero lo olvidaron pronto. Y es que tenían suerte de que en las cosas de comer los idiomas no suponen obstáculo alguno. Acompañémoles pues, a este pequeño viaje (g)astronómico.

Lo primero era elegir el pescado que iban a comer. Se trataba, cómo no, de ejemplares procedentes del río Li, que contaban sus últimos minutos en unos barreños que había en medio de la calle, a la vista de todo el mundo.

En los barreños había dos clases de pescados: uno con unas escamas muy grandes y muchas espinas, y otro con unos bigotes enormes y sin escamas. Simon les recomendó éste último.

Así que Adela se quedó con éste:





El pez –antes de ser fileteado- recibía la puntilla con un certero golpe en la cocorota.





A continuación, la dueña del restaurante les mostró el cadáver que se iban a zampar.





Lo presentaron en una fuente acompañado de pimiento verde, tomate, cebolla, verduras, todo ello regado con una exquisita salsa de soja. Delicioso.

En realidad todos los platos de los que dieron cuenta quella noche quedarían grabados para siempre en las retinas de Luciano y Adela. La berenjena fileteada rellena de carne, por ejemplo, estaba para chuparse los dedos.

Lo mismo que la sopa de algas del río Li...





...y los caracoles rellenos.





Lo caracoles rellenos son típicos de Yangshuo. Su fama rebasa ampliamente las fronteras de la provincia. En el video que viene a continuación, Simon les explica a Luciano y Adela cómo había que comerlos.





Por si no os habéis paspado de nada, extraigo del cuaderno de Adela el siguiente manual para comer caracoles en Yangshuo:

Primero hay que coger el caracol en la mano; entonces se aprieta el relleno con los palillos y se absorbe el líquido de la abertura más estrecha del caracol. Luego buscamos el otro agujero y absorbemos con fuerza.

Hffff!

La carne ya debería de estar en la boca.


Pero este post no acaba aquí, y es que al final de la cena, la dueña del restaurante invitó a Luciano y Adela a visitar la cocina. Se quedaron asombrados de que de un lugar tan modesto y pequeño salieran tan suculentos manjares. Pero ya no se sorprendieron tanto cuando vieron trabajar a las cocineras.





Una buena costumbre, otra más, que no estaría mal que fuera importada a estos lares. Ya que el ‘Made in China’ los encontramos hasta en la sopa, ¿qué importa uno más?

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