Un problema doméstico

Hay veces que me pregunto qué demonios tenía Brindavino en la cabeza, tales eran las insignificancias a las que dedicada su tiempo. Valga de ejemplo este botón:


Luciano decía tener un problema metafísico a la hora de tender la ropa. El problema, según él, estaba en las bragas tanga de Adela. Me explico: por aquel entonces se pusieron de moda una especie de bragas minimalistas que dejaban al aire el trasero del que se las pusiera y, cuando Brindavino se disponía a tenderlas, no acertaba a dar con el punto por el cual colgarlas. Vamos, que el tío las estudiaba por todos los lados posibles, como se hace con las esculturas de Oteiza; pero por muchas vueltas que les diera lo único que conseguía era un buen mareo. Las agarrara por donde lo agarrara, no daba con el punto G. El kakarrasto podría ser una buena pista, pero Adela era una chica muy limpia.

Cuando comentó el asunto con su compañera, ésta le respondió que no era tan difícil, si uno se fijaba bien en las disposición de las costuras.

No obstante, Luciano no las tenía todas consigo, así que decidió averiguar por medio de su bitácora que opinaban sus lectores.

Así que ya sabéis chicos y chicas, monstruos y monstruas, a ver si le arregláis a Brindavino su problema metafísico.

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