La vida es un sueño

Cuando era crío, Luciano Brindavino creía firmemente en que todo el mundo, con sus personas y cosas, le pertenecían. De alguna manera, creía que si él dejaba de existir, se llevaría toda su realidad a la tumba. La familia, los amigos, las partidas de canicas... todo dejaría de existir si él no estaba allí para verlo, vivirlo o pensarlo.

Sin embargo, el poder terapéutico del tiempo ayudó a que esta convicción de Luciano fuera perdiendo fuerza. Poco a poco fue descartando la idea que todo giraba en torno suyo, sobre todo cuando los amigos pasaban de él y lo dejaban de lado. Allí empezó a caer en la cuenta de su insignificancia.

Pero esa tranquilidad de no ser nadie no le duró mucho. A los quince comenzó a tener pesadillas. Luciano soñaba que no era más que EL SUEÑO DE OTRO. Había una persona acostada a su lado con las gafas puestas; un hombre rechoncho, calvo, que estaba soñando la vida de Luciano.

Cuando despertaba de aquellas pesadillas, Luciano trataba de recordar el miedo que había tenido de que aquel hombre despertase.

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La vida siguió su curso, y llegó un día en que ya no se acordaba de aquellos sueños que tuvo. Sólo a veces, cuando escuchaba este poema, por ejemplo, o aquella canción, cuyo título coincide con el de este post.

Por un lado, la pieza teatral 'La vida es sueño', un psicodrama carcelario de Calderón de la Barca. Luciano me pide encarecidamente que incorpore un enlace al famoso soliloquio de Segismundo.

Y por otro, una canción.

Sí, hoy voy a animarme a publicar por fin una canción. Bueno, no una, sino dos, ya que tengo dos versiones y no quiero descartar ninguna. Me da pena que haya quedado con tanta propaganda, pero por el momento hasta aquí hemos llegado.

Por si la canción ya a empezado a sonar, aquí va su letra:

Después que uno vive veinte desengaños
que importa uno más.
Después que conozcas la acción de la vida
no debes llorar.

Hay que darse cuenta que todo es mentira
que nada es verdad.
Hay que vivir el momento feliz
hay que gozar lo que puedas gozar
porque sacando la cuenta en total
la vida es un sueño y todo se va.

La realidad es nacer y morir
por qué llenarnos de tanta ansiedad
todo no es más que un eterno sufrir
y el mundo está hecho sin felicidad.



Esta canción tan triste, fue la primera que compuso el gran Arsenio Rodríguez, después de que una mula le pateara la cabeza y lo dejara ciego para siempre.

La primera versión es de Marc Ribot y los Cubanos Postizos. La voz de Marc es la de un americano que no sabe español. Pero quizá ello le dé esa belleza triste, tan ideal para la industria de los medicamentos antidepresivos.




La segunda es de una tristeza más clásica, menos oscura, pero igual de bella. La voz pertenece a otro cubano universal, Lino Borges.




4 comentarii:

DAVID ELGEA spunea...

hola luciano.he intentado poner musica con el file lodge, pero me da error en blogger si lo pongo como audio file( el link ke te da el file lodge )solo me ha funcionado como video file.
¿ como lo has hecho tu ?

la vida es una barca
( calderon de la mierda)

Beno von Archimboldi spunea...

iepa eb,

a Luciano también le daba error, pero ha pasado de él y se lo ha dejado publicar.

La vida de calderón
es una barca de mierda

Patxi spunea...

Mundiala mezua.

Zeinek daki, beharbada mundu osoa gutako bakoitzarentzako egina dago. Pertsona bakoitzarentzako, mundu bat. Edo mundu bat baino gehiago, bakoitzarentzat, simultaneoki, edo bataren atzetik bestea, errenkarnazio amaitenizean...

Gure ezjakintasun infinitoan zer-nor geran kabalak egiterakoan, aukera infinituak aurkitzen ditugu, mugarik gabeko unibertso infinitu honetan, egiak nahi adina ispilu infinitu ditu.

Anonim spunea...

Eskerrak, patxi, zure ispilua ekartzeagatik. 'Egia' baino garrantzitsuagoa iruditzen zait zure iritzia.

Mundu objetiboa errealitate subjetibotaz hornitzen da.

'Egia' ez da zertan berdina izan beharrik batentzat zein bestearentzat. Baina, hori bai, 'egi' guztiak dira baliozkoak. Berdin zait egi musulmana edo zoro baten egia.

Eta mosaikoaren parte bat desagertzen denean, gure parte bat eramango du berarekin. Ispilu horren islada ez dugu inoiz sentituko gugan.

Hutsune bat sentituko dugu.

Lutxiano