Intermitencias chinas 8.1

Shanghai Trek

Y vuelta a Shanghai. El círculo cromático de este viaje se cierra en esta ciudad de contrastes. El río Huangpu divide en dos a sus 13 millones de habitantes.

Su margen derecha -el Pudong-, es el espejo de la China que renace. Miles de kilometros cuadrados que han pasado, de ser un cenagal, a albergar torres tan altas como horteras, y trenes tan rápidos como inútiles.

En la otra orilla está el Bund, la parte histórica, cuyos edificios coloniales saludan al río como si no les importara lo que tienen justo debajo: no torres, sino leprosos pidiendo limosna; no trenes ultrarrápidos de útima generación, sino un olor nauseabundo que se te mete hasta dentro.

Luciano y Adela se encontraron con bastantes problemas para cruzar el río Huangpu. En realidad era tan fácil como coger el metro en cualquiera de las estaciones del centro. En diez minutos te llevaba al otro lado por un módico precio. Pero los pipienéicos no conocían aún la jugada, por lo que optaron por arrimarse al muelle, con la esperanza de que allí sería todo más fácil.

Y vaya si lo fue. A cincuenta metros se encontraron con una taquilla que les invitaba a cruzar el río por un precio diez veces mayor al del metro o el autobús.

-¿Qué pasa? ¿Acaso nos van a dar el bocadillo en un viaje de cinco minutos?

Pues no. En el video que viene a continuación, aparece la respueta a ese misterio.

Antes, en la primera parte, la popular cantante china Faye Wong acompañará a Luciano y Adela en su último viaje en tren entre Qulin y Shanghai (ver hoja de ruta), y los introducirá en la caótica urbe.

Una buena anfitriona -por lo moderna, digo-, que quizá ayude al espectador occidental a comprender esa fatal atracción de los chinos por los colores fosforitos y las luces de neón.





-¡Uf! ¡Qué alivio! ¡Fuera del túnel al fin! Qué pena, Adela, que no hayamos conocido a ningún arquitecto chino. Me gustaría saber quién les pasa los psicotrópicos.

Niciun comentariu: